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Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo

El Trastorno del Espectro Autista conocido también como TEA, es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se suele manifestar en los primeros tres años de vida y que perdura a lo largo de toda la vida. Se caracterizan por presentar alteraciones en la comunicación y en la interacción social, además de presentar intereses restringidos y conductas repetitivas. Todos presentan características diferentes pero comunes, de ahí el origen de su nombre, Trastorno del Espectro Autista. 

En cuanto a la prevalencia, según las estadísticas, se estima que en Europa nace 1 niño de cada 100. Actualmente este diagnostico aparece más en el sexo masculino que en el femenino. Todavía no es posible determinar una causa única que explique la aparición del Trastorno del Espectro Autista, pero existe una fuerte implicación genética en su origen, teniendo en cuenta la relevancia que puede tener la interacción entre los distintos genes y diferentes factores ambientales en el desarrollo del TEA, pero por el momento, estos elementos no se encuentran claramente identificados, y aún es necesaria mucha investigación al respecto. Aun no se sabe con certeza en qué medida ese origen genético es hereditario o accidental. 

El DSM-5 ha unificado las subcategorias previas y ha realizado una subdivisión que atiende a cuestiones de intervención, y por ello establece tres niveles de necesidad dentro de los TEA:

  1. Nivel I: Personas que necesitan ayuda.
  2. Nivel II: Personas que necesitan ayuda notable.
  3. Nivel III: Personas que necesitan ayuda muy notable. 

Por eso los síndromes anteriormente considerados como subtipos ahora son considerados como manifestaciones diversas de un mismo trastorno.  

Debido al desconocimiento de las causas, en la actualidad es imposible prevenir su aparición. Cabe destacar que un diagnóstico precoz, un entorno familiar comprometido con el problema, y una buena intervención con la ayuda de los profesionales adecuados, contribuyen de forma significativa al bienestar de las personas con TEA. Nuestras terapias e intervenciones conductuales están diseñadas para minimizar los síntomas específicos y fomentar su atonomía y calidad de vida. Para ello, las terapias e intervenciones cubren las necesidades específicas de los niños a nivel individual, en sus diferentes alteraciones y también se trabajan a nivel de pequeño grupo las habilidades sociales y de comunicación y la interacción social. 

 

Factores que influyen en la motivación

Podemos decir que la motivación es el motor humano, nos movemos con objetivos que queremos cumplir. El ser humano es un ser racional y emotivo, al cual las situaciones le afectan de diferentes modos, generando en él reacciones diversas. 

Nuestro estado de ánimo fluctúa, estos cambios anímicos también están relacionados con la motivación y/o la desmotivación. La motivación está ligada a los instintos básicos que nos garantizan la supervivencia. Maslow elaboró una pirámide en la que jerarquizó las fuentes de motivación de las personas. Mediante estas necesidades se explica la conducta humana y su forma de actuar.

Es necesario tener en cuenta que la motivación puede ser tanto intrínseca como extrínseca. Consideramos que una persona está motiva intrínsecamente cuando realiza una actividad por el simple hecho de conseguir lo que uno se propone. Tiene relación directa con los objetivos personales que nos marcamos y la autosuperación. Cuando la motivación que nos mueve a realizar algo es extrínseca, nos referimos a que la persona realiza la acción por lo que va a recibir a cambio, no por el simple hecho de hacerla. 

Nuestra personalidad también es un factor que influye directamente en la motivación. Hay personas que necesitan el afecto, la atención y el cariño de los demás, su motivación principal está relacionada con las relaciones sociales. A otras, en cambio les mueven las alabanzas y la admiración, disfrutan con el reconocimiento de los demás. Otros en cambio, lo realizan por el simple hecho de hacerlo bien. Cuando no conseguimos esta satisfacción, nos enfadamos o nos sentimos tristes.

Ante la pregunta, ¿por qué en ocasiones falla la motivación? podemos concluir que generalmente esto es debido a dos causas principales. Por un lado la baja autoestima de la persona, el miedo a fracasar. No empleas todas tus herramientas para lograr tus objetivos porque de antemano consideras que no lo vas a conseguir, no consideras que estas capacitado para alcanzar dicha meta. Por otro lado, la falta de propósito. No existe un fin determinado o ya se ha perdido el interés, desaparece el motivo por el que mantener dicho esfuerzo. 

Es importante que la principal motivación que nos mueva en nuestras vidas sea intrínseca. Debemos establecer unos objetivos y metas reales y alcanzables a corto plazo siendo conscientes de que no todo sale a la perfección, para prevenir la decepción ante los obstáculos que nos irán surgiendo. Teniendo esto en cuenta es más difícil que la motivación desaparezca, de esta forma, lograremos todo lo que nos propongamos. 

 

Las funciones ejecutivas en nuestra vida

Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas necesarias para la consecución de una meta. Tienen su localización en el lóbulo frontal, y son los que dirigen nuestra conducta (autorregulación) y nuestra actividad cognitiva y emocional para adaptarse al entorno y a la consecución de dichas metas. 

Esta capacidad es específica del ser humano, el resto de las especies reaccionan de manera automática a los estímulos ambientales. Nosotros los seres humanos somos capaces de resolver situaciones complejas, novedosas, que requieren una planificación exhausta de la conducta a realizar. 

Las funciones ejecutivas son complejas, están compuestas por diferentes procesos: 

  • Memoria de trabajo: es la capacidad de almacenamiento temporal de la información y de su procesamiento. Durante un periodo de tiempo la información recibida permanece disponible para su uso. 
  • Planificación:  es la capacidad de generar objetivos, desarrollar planes de acción para la consecución de las metas, partiendo de la anticipación de las consecuencias. 
  • Razonamiento: es la capacidad que nos permite resolver problemas de manera consciente estableciendo relaciones causales entre ellos. 
  • Flexibilidad: es la habilidad que nos permite realizar cambios en algo que ya estaba planeado, para poder adaptarnos a las circunstancias de nuestro entorno. 
  • Inhibición: es la capacidad de ignorar los impulsos o la información irrelevante, pueden ser tanto internas como externas. 
  • Fijación de metas: es la habilidad que nos permite teniendo en cuenta nuestra motivación como invertir nuestras energías y hacia donde dirigir nuestra conducta. 
  • Toma de decisiones: es la elección que se realiza entre varias alternativas en función de nuestras necesidades, teniendo en cuenta siempre los resultados y las consecuencias de todas las opciones. 
  • Iniciación y finalización de las tareas: es la capacidad de calcular cuando iniciar la conducta y el paso del tiempo y la duración de un suceso actividad para su adecuada finalización. 
  • Anticipación: es la capacidad que nos permite visualizar de antemano los resultados de una acción y/o sus consecuencias. 
  • Ejecución dual: capacidad de realizar dos tareas distintas al mismo tiempo manteniendo la atención a ambas de manera constante. 

Muchas niñ@s y adultos presEntan dificultades en alguno o en varios de los procesos anteriormente citados, provocando importantes problemas. Un ejemplo claro de alteraciones en las funciones ejecutivas podemos observarlo en personas con TDAH. Las principales dificultades que presentan son; en la iniciación de la tarea, en la capacidad de inhibición, en la planificación y en la memoria de trabajo. 

En la vida adulta, podemos observar alteraciones en las funciones ejecutivas tanto en ACV como en demencias, además de las enfermedades relacionadas con el cerebro. 

Es importante realizar una buena valoración de dichas funciones utilizando diferentes tareas para cada proceso, así poder detallar las alteraciones para una posterior intervención eficaz. 

Diferentes tipos de apego y sus repercusiones Psicológicas

El apego es un vínculo afectivo que se desarrolla entre dos individuos por medio de sus interacciones reciprocas de consuelo, cuidado y placer. Esta capacidad de crear vínculos emocionales con individuos particulares es un componente básico de la naturaleza humana. La conducta de apego tiene una función biológica, que consiste en obtener protección para asegurar la supervivencia, y la otra de carácter más psicológico, la de adquirir seguridad. 

El apego surge cuando estamos seguros de que la otra persona estará a tu lado incondicionalmente. Suele aparecer en el primer año de vida con sus progenitores/cuidadores. Esta figura de apego puede cambiar a lo largo de la vida. 

J. Bowlby, Mary Ainsworth y sus investigadores realizaron una clasificación de dos grandes grupos de tipos de apego: Apego Seguro versus Apego Inseguro. 

El apego seguro se da en el 65% de los casos. Los niños con apego seguro, son capaces de separarse de los padres, es decir, pueden ser cuidados por otras personas y aceptar su consuelo en cierta medida. Cuando la figura de apego se marcha se intranquilizan y les saludan con afecto a su regreso. 

Los niños con apego seguro son más empáticos, menos disruptivos, menos agresivos y más maduros que los niños con estilo de apego inseguro. La capacidad de respuesta de los padres influye directamente en el vínculo de apego. Estos niños son más felices, ya que sus padres han sabido satisfacer sus necesidades. En su vida adulta tienden a ser más estables emocionalmente, suelen establecer relaciones más duraderas y de confianza, buscan apoyo social cuando lo necesitan y suelen tener una buena autoestima. 

En el apego inseguro los lazos afectivos son generadores de malestar, debido a la falta de empatía y de sensibilidad hacia las necesidades del menor, y generan una representación del mundo como poco confiable y predecible. 

Dentro del apego inseguro podemos encontrar tres tipos; el primero es el apego inseguro ambivalente; este se da en un 10% de los casos. Cuando la figura de referencia se marcha se inquietan mucho, al regreso suelen permanecer cerca de ellos pero se muestra molestos y se resisten al contacto. Suelen desconfiar de los extraños. Los niños en la vida adulta tienden a ser más inseguros y excesivamente dependientes. Son reacios a acercarse a los demás. Tienden a relaciones frías y distantes. 

El segundo es el apego evitativo que se da en el 20% de los casos. Suelen mostrar poco malestar cuando son separados de su figura de apego, y a su regreso suelen huir de ella. Socializan bien con los extraños. De adulto suelen tener problemas en las relaciones sociales y amorosas. Suelen ser reservados, tienen dificultades para compartir pensamientos y sentimientos con otros. 

Y el tercer apego es el desorganizado, este se da entre el 5 y un 10 % de los casos. Es una combinación de los dos anteriores. No actúan con normalidad delante de los padres, tiende a actuar como cuidadores de los padres. Los padres que actúan como figuras de miedo y tranquilidad para un niño, contribuyen a un estilo de apego desorganizado, ya que se siente al mismo tiempo consolado y asustado por el mismo padre, esto les genera confusión. De adultos tienden a ver a los demás con distorsiones, sus relaciones tienden a ser volátiles. 

Para crear un vínculo seguro es necesario establecer normas y límites bien definidos, debemos tener una buena comunicación con los niños, siempre con afecto, empatía, sensibilidad y una buena disposición. 

Dislexia; el trastorno oculto entre las letras

Una de las dificultades de aprendizaje de la lectura y de la escritura más común hoy en día es la Dislexia. La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que afecta aproximadamente 1 de cada 10 niños, estos niños no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural. 

La dislexia es un problema con la precisión y fluidez a la hora de leer. Es una lectura que se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión. Suelen presentar dificultades a la hora de responder a preguntas de algo sobre el que han leído. Pero, cuando se les lee en voz alta, estas dificultades pueden desaparece. Podemos decir que está alterado alguno de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado. 

Cabe destacar que no solo son los problemas de la lectura y de la escritura, los principales síntomas que presentan los niños con dislexia son los siguientes; problemas de comprensión, de atención y concentración, de memoria a corto plazo, en la velocidad de procesamiento, dificultades en matemáticas, de acceso al léxico, de lateralidad, dificultades en las nociones espacio-temporales, dificultades en la articulación y pronunciación de las palabras, problemas en la discriminación auditiva, cambian el orden e invierten los números y/o las letras, dificultades para seguir instrucciones y aprender rutinas, dificultades a la hora de organizar sus pensamientos, problemas de equilibrio y dificultades para seguir instrucciones y aprender rutinas. 

La dislexia infantil puede ser detectable en la etapa de preescolar y persiste durante la infancia, adolescencia e incluso es posible que se mantenga a lo largo de la edad adulta. 

Generalmente suele reconocerse porque los niños con dislexia suelen empezar a hablar bastante tarde, su nivel de comprensión oral y su vocabulario es inferior a la media de los niños de su edad, muchas veces confunden palabras fonéticamente similares y en su escritura intercambian letras gráficamente parecidas también presentan aparente falta de atención y concentración. La falta de concentración se debe a que el niño necesita desempeñar un esfuerzo muy intenso en la tarea, esto provoca que se cansen y empiecen a distraerse y a resistirse a este tipo de tareas. 

Aunque la sintomatología que presenta los niños con dislexia suele ser común, existen diferentes tipos de dislexia y se desarrollan de forma muy diferente según el niño al que le afecte. La primera distinción que encontramos es dislexia evolutivas vs dislexia adquirida. 

La dislexia adquirida, se produce debido a una lesión cerebral concreta, en la dislexia evolutiva en cambio no hay ninguna lesión cerebral, está es la más común en el ámbito escolar. 

Sí clasificamos la dislexia según los síntomas predominantes podemos clasificarlo en ; 

  • Dislexia Fonológica o indirecta; el problema radica en el mal funcionamiento de la ruta fonológica. Se realiza una lectura visual y deduce en vez de leer. Los niños con este tipo de dislexia pueden leer las palabras familiares, pero les resulta difícil leer palabras desconocidas, palabras largas o pseudopalabras. 
  • Dislexia Superficial; suele ser lo más común. Los niños leen utilizando la ruta fonológica. El trastorno se encuentra en el funcionamiento visual. Estos niños no tienen problemas para leer palabras regulares, pero si para leer palabras irregulares. Suelen cometer errores de omisión, adicción o sustitución de letras y suelen confundir palabras homófonas.
  • Dislexia Mixta o profunda; es la más grave, ya que se caracteriza por dificultades en los dos tipos de procesamiento de la lectura. Ambas rutas, fonológica y visual, están dañadas, por lo que se producen tanto errores semánticos como visuales. 

Muchos os preguntáis sí la dislexia tiene cura o no. Debemos recalcar, que la es un trastorno crónico, lo más importante es que se realice una detección temprana, para realizar una buena intervención. Para mejorar dichas dificultades y así dotar a los niños de las herramientas necesarias para que se adapten lo mejor posible al proceso de aprendizaje. 

Estos niños necesitan trabajar el proceso lecto-escritor con más intensidad y con diferentes métodos adaptados a sus dificultades para llegar a mejorar su proceso lecto-escritor. 

¿Qué son las Habilidades Sociales?

Habilidades Sociales es un termino conocido para todos, pero ¿realmente sabemos que son y en que influyen?. Podemos definirlo como un conjunto de conductas mediante las que interactuamos y nos relacionamos con los demás de manera efectiva y satisfactoria, las habilidades sociales hacen que nos desenvolvamos eficazmente en nuestra vida social. Podemos decir que son algo muy complejo ya que están formadas por un amplio abanico de ideas, sentimientos, creencias y valores que son fruto del aprendizaje y de la experiencia previas.  El aprendizaje de las habilidades sociales depende del entorno, el cual va a provocar una gran influencia en las conductas y actitudes que tenga la persona en su relación e interacción con los demás. 

Dentro de las habilidades sociales podemos encontrar tanto habilidades sociales básicas como complejas. Primero tenemos que adquirir las básicas para poder adquirir posteriormente las complejas. 

Así mencionaremos, la empatía, la asertividad, la cooperación, el autocontrol, la comprensión de situaciones y la resolución de conflictos como habilidades sociales básicas. Pero a pesar de ser básicas y necesarias, muchos niños presentan dificultades en la adquisición de las mismas, repercutiendo en dificultades para las relaciones sociales, en una baja autoestima, en dificultad para expresar deseos y opiniones, en problemas escolares, en malestar emocional...

Las habilidades para afrontar con éxito de forma sana las relaciones con los demás se desarrollan gradualmente a lo largo de la infancia y la adolescencia. En este periodo se producen las estrategias que van a ser las bases de las futuras relaciones de adultos, ya sean de amistad, de pareja, laborales, etc. Por eso mismo, debemos hacer especial hincapié al desarrollo de estas capacidades. 

Es fundamental ayudar a los niños a formar una imagen positiva de ellos mismos, cuidando su autoestima. Tan importante como el enseñar a valorarse a uno mismo es enseñarles a valorar a los demás, enseñándoles a respetar, tolerar y escuchar, transmitiéndoles de esta forma los valores. Es relevante que cuando nos relacionemos con ellos lo hagamos de forma coherente para transmitirles lo que fomentando siempre la escucha activa, para ello es fundamental dotar a los niñ@s de ambientes ricos en relaciones, para que tengan diferentes experiencias sociales, no siempre es necesario tu presencia, para que genere estrategias que le ayuden a desenvolverse sol@s. No debemos evitar situaciones sociales negativas, siempre acompañaremos para un mayor aprendizaje. Es esencial ir reforzando las conductas adecuadas de nuestros niñ@s e ir corrigiendo las conductas inadecuadas. 

Las habiliades sociales se van desarrollando de forma paralela a su edad cronológica y según el ritmo de cada niñ@.

 

Por eso aportamos una guía básica del desarrollo de las habilidades sociales. Es necesario potenciar y estimular las habilidades sociales con la intervención de profesionales preparados para ello. 

EDAD HABILIDAD SOCIAL
0-1 año

Los bebés miran a los ojos, sonríen y lloran para para recibir atención

El niño muestra preferencia entre sus juguetes.

1-2 años

Imitan a los adultos.

Les gusta tener niñ@s cerca.

3-4 años Aumenta el reconocimiento de las emociones, las expresan con gestos y palabras. 
5-6 años

Empiezan a sentir vergüenza. 

Preferencia clara hacia niñ@s del mismo sexo. 

7-8 años

Comienzan  a demostrar preferencia por sus amigos  por encima de adultos de confianza. 

Tiende a ser más histriónicos y temperamentales de lo que eran en años anteriores, pero pueden tranquilizarse más rápido y aceptar compromisos con mayor facilidad. 

9-10 años

Desarrollan su identidad propia. 

Limitan sus amistades a amigos más íntimas. 

11 años en adelante

Aceptan las costumbres sociales, como decir "gracias".

Evitar herir los sentimientos de un ser querido.

Comunican sus necesidades, deseos y emociones de forma saludable, por ejemplo son capaces de hablar de su frustración. 

Centro de orientación y tratamiento psicológico, escolar y familiar

Contacto

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